Los Mujin Hanbai (無人販売) son pequeños puestos instalados al costado de la carretera en zonas rurales o incluso en la ciudad, donde se suelen vender verduras o frutas sin ningún tipo de vigilancia. Los precios están escritos junto a cada producto a la venta. La persona va al lugar, toma lo que necesite y pone el dinero en una caja, y nadie quiere robar el dinero ni el producto. Los Mujin Hanbai son un gran ejemplo de honestidad japonesa, donde los puestos sin vendedores están esparcidos por todo Japón.
En diferentes partes de Japón, principalmente en el interior, hay agricultores que están muy ocupados cuidando sus granjas. Para vender, preparan un punto estratégico con una gran circulación de vehículos, hacen un puesto sencillo y ponen sus productos a vender como una especie de autoservicio.
Sin un vendedor presente, el cliente toma lo que quiere y pone el valor en la caja. Debido a la honestidad e integridad de la mayoría de los japoneses nadie roba dinero o productos del lugar.
Estos puestos suelen vender frutas, flores, verduras y otros productos hechos a mano. Los productos que se comercializan son de calidad, pero no son aptos para la venta en los mercados por su color, peso y estética. Para evitar el desperdicio, los ponen a la venta a bajo precio en los Mujin Hanbai.
El vendedor no tiene garantía de sus productos y dinero, solo confían en la honestidad de clientes desconocidos. Incluso en lugares con poco movimiento, los japoneses demuestran su honestidad pagando y tomando el producto correctamente.
Aunque hay algunos casos en donde los vendedores crean sistemas de seguridad, máquinas automáticas, gabinetes de monedas o dejan avisos que llaman la conciencia de las personas.
Japón está mucho más allá de las máquinas expendedoras esparcidas por todo el país en lugares remotos. Estas carpas sin asistentes son un gran ejemplo de honestidad, integridad y confianza.
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